Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 21 de noviembre de 2011

Náufragos

     Anoche, tras un matrimonio de quince años, durante la cena, se confesaron el uno al otro que no se habían querido nunca.
      No hubo gritos ni dolor, nadie sintió alivio.
      Poco después, uno de ellos movía su mano sobre la mesa para tocar la del otro y empezaron juntos a mitigar la soledad y el frío, como habían hecho siempre.

10 comentarios:

Paloma Hidalgo dijo...

Tan impresionante su lectura como la de la primer vez, aunque ahora, las sensaciones que recibo son más fuertes, más desgarradoras.

Un abrazo

Laira dijo...

La simple compañía.
Ya me imaginaba que volarían los platos y la comida por los aires pero lo que vuelan son sus sentimientos nulos.
1 beso.

Mar Horno dijo...

Tan bueno como cuando lo leí por primera vez. A veces, el amor es secundario.Un beso Luisa.

Sergio DS dijo...

En ocasiones se es muy exigente con el amor.

Unknown dijo...

Buen psicodrama.
Muestra la disfuncionalidad de algunas parejas y la fuerza del tiempo y la costumbre.
Quizás al final hayan dejado de buscar culpables y comiencen a buscar soluciones.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

En el fondo, se querían. Es así, pero eran infelices porque no se querían como se supone que deberían hacerlo. Esa es mi visión. Un relato que transmite el frío de esa mesa.

omar enletrasarte dijo...

mover las manos y remar hacia la isla del otro, es cosa de náufragos
saludos

ArteDeAmar dijo...

Bien dice la cancion...La costumbre es mas fuerte que el amor!
Besitos de Arte.

Javier Ximens dijo...

Es que la vida es así en muchas ocasiones. Más de las que pensamos. Además, si el matrimonio no es más que un contrato.

Anónimo dijo...

Seguramente alguna vez se hayan querido, pero como no hay memoria de sentimientos, es impoble recordarlo. Un matrimonio como todos; mejor que muchos, ellos se sinceraron.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.