Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

sábado, 31 de marzo de 2012

FE Y DEVOCION

El niño llegó hasta su madre pegando saltos frenéticos y risotadas. La llevó jalando con impaciencia. En la recámara apuntó hacia el retrato del Sagrado Corazón de Jesús, quien les concedía un gesto apacible de su rostro barbado, justo desde el mismo sitio en la pared donde un día antes -en el mismo marco de madera- el Divino Niño Jesús levantaba sus bracitos hacia el cielo.

"¡Creció!" Gritó el chiquillo resplandeciente de fe y devoción ante aquel milagro. Gloria se quedó atónita. Mientras su hijo aplaudía y se contorsionaba, ella aguantaba el aliento, tratando de encontrar una explicación amorosa para su acto de redecoración.

Travesuras

Hice novillos y robé unas botellas del camión de cerveza. Las compartí con el burro del cura. Fue un entierro muy sonado.

Torcuato González Toval

viernes, 30 de marzo de 2012

Aún no es tiempo

Mientras flota dispersa entre las luces de la habitación, observa cómo sus hijos y nietos reciben las condolencias de los médicos. Escucha el llamado para que atraviese la ventana y vuele hacia el azul infinito. Mas ella siente que adeuda abrazos de niños e historias para contar, por lo tanto decide que aún no es tiempo del viaje. Con ligereza, desciende al viejo cuerpo y sopla aliento fresco a su corazón.


Autor: Sergio Cossa

Blog: El blog de Sergio Cossa

Creador de fantasía

Mago o loco imaginario, era lo mismo: cada palabra suya cobraba forma e iba por ahí poblando el mundo.

jueves, 29 de marzo de 2012

MALTRATO PSICOLÓGICO

http://www.blogger.com/img/blank.gif

Se Dibuja una sonrisa mellada en su rostro. –Deja de provocar zorra, no vas a conseguir nada-. La mira con odio.-Crees que soy como mi padre ¿verdad?. Pretendes que te deje como él dejaba a mi madre y que me pudra en la cárcel-. Da un paso hacia ella.-¿No temes que te ocurra lo mismo que a él?-. Borra su sonrisa y se aproxima aún más.-¿Buscas que te rompa la boca como él me hizo?, pues vas a recibir tu merecido-. Súbitamente extrae un revólver de su americana y se vuela la tapa de los sesos. Ella permanece inmóvil, salpicada de sangre.

Cybrghost

Autor del Blog: La Guarida del Coyote - http://www.cybrghost.blogspot.com.es/

miércoles, 28 de marzo de 2012

Las cosas en su sitio

The bullet ace of hearts, imagen de xCoMpYx  en Deviantart


La bala, en la sien. La pistola, en la mano derecha. El vaso de ginebra, sobre la mesilla de noche. La mancha de sangre, empapando el colchón. Las cartas de amor, desordenadas entre las sábanas revueltas y, junto a la mano izquierda, la última, en la que Sara le anunciaba la ruptura. Se retira, comprueba la escena con satisfacción y sale sin quitarse los guantes. A compartirlo se había terminado acostumbrando, pero verlo penar por la otra era más de lo que estaba dispuesta a soportar.

ESTATUARIA.

Sólo puedo decirles que Alicia fué la persona más maravillosa que jamás conocí.
Lo que prometió vestida , lo cumplió desnuda.

martes, 27 de marzo de 2012

Flor silvestre

Mientras el rey paseaba por los jardines de palacio pensaba en que esa naturaleza encorsetada le pertenecía, (tanto el brote y el futuro árbol como el pimpollo y su promesa de flor), pero no podía decir lo mismo de aquella jovencita silvestre nacida en el inmenso campo virgen a las afueras de su feudo. Hasta ese momento, todos los intentos de sus emisarios para capturarla habían sido vanos. Decidió, entonces, ir él mismo a buscarla. Usó toda su bravura para arrancarla de cuajo de la tierra, destrozando y quemando, a su vez, toda la comarca. Encerrada en palacio y herida por la pérdida de sus raíces, la joven comenzó a marchitarse. Sorbiendo el aire entre exiguos suspiros perdió su frescura. Rehuyendo del sol tras las celosías perdió el color y la luz. Agredida continuamente por su tristeza se llegó a clavar sus propias espinas para defenderse del dolor. Hasta que un día el rey, al personarse en sus aposentos, solo halló de ella rojos pétalos de sangre desparramados por el suelo.





lunes, 26 de marzo de 2012

El puzzle de Frankenstein

En la semioscuridad de su cuarto, su cuerpo se tambaleaba hacia el lavabo. Se detuvo frente al espejo y se apoyó en el lavamanos. Abrió el grifo del agua fría y con las manos ejecutoras de su jefe lavó la cara de su padre. Bebió con la boca de su abuelo y se miró en el espejo con los ojos entrecerrados de su madre. Dejó que el agua fría gotease por su mentón y su cuerpo mientras la que había bebido enfriaba su interior. Su piel pálida de muerto. Sus pulmones de fumador pasivo. El estómago acidótico y el hígado curtido en alcohol de sus tíos. Las tripas llenas de odio, ira, vacío y conformismo de tantos como él en su generación. El corazón que, aún y estando en su pecho, no siempre fue suyo. Y todos esos pensamientos que volvían una y otra vez durante la noche.

Cuando volvió a enfrentar el espejo ahí estaban también. La sonrisa cínica de su hermana y una lágrima suya.


Autor: Octavius Bot

Blog: Octavius Bot

Fotografía: http://x-weird.blogspot.com.es/2012/01/13-amazing-photoshop-effects.html

Pause

Por fin quietas sus pupilas, cercadas por ese verde azulado indefinido, me miran sólo a mí.
Su boca ha quedado algo torcida, en un rictus casi cómico. La sorprendí en mitad de una frase...No importa. Su mirada, perfecta, sigue mis pasos sin un parpadeo.
Satisfecho, me dispongo a disfrutar del espectáculo cuando, sin querer, pulso el PLAY.
Inmediatamente ella gira la cabeza y acaba su frase.

sábado, 24 de marzo de 2012

EXTRAÑOS SINTOMAS


A los pocos meses de casarme empecé a notar unos extraños síntomas en el estómago. Su procedencia me resultaba desconocida ya que jamás había sentido algo semejante. Desde que me levantaba hasta el momento de caer rendida en la cama sentía un ligero, pero permanente, dolor que me producía malestar. Era una sensación que nacía en la zona más interna de mi aparato digestivo, un pinzamiento que parecía proceder de algún punto de la columna.
Pasé por la consulta de varios médicos que me diagnosticaron las dolencias más peregrinas: hernia, úlcera de duodeno, nervios, incluso lombrices. Llegaron a pensar en un embarazo psicológico. El dolor se fue agudizando con el tiempo. En determinados momentos, en especial por las noches y los fines de semana,  notaba que una fuerza poderosa estiraba de mi ombligo hacia lo más profundo de mi intestino, como si fuera agarrada de un inexistente cordón umbilical. El dolor me obligaba a caminar encogida, con el riesgo de padecer chepa.
Visité la consulta de especialistas afamados, médicos naturistas y homeópatas. Para mi desgracia, el dolor no remitía, incluso se iba agravando con los años. Me recetaron pastillas para la acidez y antiespasmódicos, hierbas, comprimidos de algas y no sé qué más. Las medicinas no surtían el efecto deseado, lo que me llevó a abandonar un tratamiento tras otro. El último intento fue tomar hierbas para contrarrestar los aires que decía el médico que me producía la comida, aunque yo sabía que no era eso. Apenas podía mantenerme erguida. Sentía como si el centro de mi existencia estuviera desequilibrado.
Desde que mi marido me dejó y se fue con otra a quien hacerle la vida imposible, he recuperado mi estatura normal.

viernes, 23 de marzo de 2012

El señor Peret y su mosca

Pasado el mediodía, el señor Peret salió a la calle con su mosca. Siempre negra, siempre inquieta, la mosca corría por la vereda, como si no pudiera desplegar sus alas. Luego de observar el recorrido, el señor Peret la reprendió severamente. Sin embargo, la mosca no se dio por aludida. Su atención estaba puesta en otras moscas: el moscardón de enfrente y la mosquita de la esquina.

-Siempre ocurre lo mismo con esta mosca. –comentó el señor Peret a sus vecinos.

-En lugar de volar como las otras, se queda papando moscas. Como si nada le importara, como si todo le viniera desde arriba...

Autor: Horacio Laitano

Enredada

La hormiga se tiró del árbol. Tomó distancia. Alzó las patas. Midió con su lapicero y empezó a pintar el cuadro de su vida. Garabateó el tronco que conoció como apenas un tallito. A ramas que no existían, se habían ido uniendo las hojas. Los frutos más dulces, lucían hoy llenos de cicatrices, mordisqueados por otros insectos.  Imponía ver todas las relaciones en conjunto. Cerró los ojos y se vio correteando de nuevo por las ramas cambiadas por el tiempo. Pasaron sueños y en su ausencia, nuevas ramas se habían sumado al tronco, se multiplicaron, se enredaron. Tomó notas en su bloc de dibujo. Lo guardó en sus alforjas y se alejó para tomar perspectiva del bosque que suponía.

Lejos, más lejos, su bosque era un árbol. Uno de esos que el viento sopla, el sol brilla y la lluvia moja.



- Alegría, cuando yo muera se terminará el mundo, al menos mi mundo, lo que yo percibo.
- Pena, no creo que seas capaz de apagar el sol cerrando los ojos.
 
 
bicefalepena

jueves, 22 de marzo de 2012

Mi suegra

Dispuesta a quedarse una larga temporada con nosotros, mi suegra llegó a casa esta mañana cargada con una maleta tan grande y fea como su dueña.
Cada vez que nos visita se apodera de mi butaca, de 'mi mando' y de mi estudio, ahora reconvertido en dormitorio para ella. Hasta mi mujer y mi hija, abducidas por la vieja, no sólo dejan de tratarme como al rey de la casa que soy, sino que además me ignoran. Esto no puede seguir así, tengo que hacer algo. Y lo haré, ¡vaya si lo haré! Esta vez me libraré de ella por las buenas o por las malas...
-Anda, Manolo, acércame las gafas que voy a ver la tele un rato -dice mi suegra... Y servidor, como un pelele, la obedezco sin rechistar.

Cogidos de la mano

Las olas del mar llegan a la orilla, arrastran pececillos que saltan en la desesperación del que todavía no domina el arte de sobrevivir. Anónimos, gritan al aire pero nadie les responde. Sólo el reflujo de las olas contesta en el idioma que conocen. En la playa, la arena sigue húmeda. Por ella las huellas del paseo de aquella mujer que observa el devenir del mar en su anchura.

En el cielo, el viento de levante rasga las nubes envolviendo el azul en un celaje inasible a los pensamientos. En el muelle, a la sombra fina, los palos de los barcos que tintinean su figura en las lisas aguas de ojos viscosos. Allí está él esperando. Ahora cuando llega ella, cruzan palabras cálidas como el día.

Han quedado en el lugar de siempre, las gaviotas miran la escena; no hay peces, ellos son los únicos en los pantalanes. Se cogen en un abrazo de bienvenida. Nadie los ve. Han desaparecido las huellas marcadas en la orilla. Ahora dos caminan cogidos de la mano.

Autora: Carmen Martínez Marín

http://aymaricarmen.blogspot.com/

miércoles, 21 de marzo de 2012

ITV

Los ojos bien, un poco legañosos pero bueno. Dientes, faltan unos cuantos. Aliento, es suficiente. A ver los labios, vale. Sin bello sobre el labio superior. Sonría, sonría más, carcajada, carraspeo, cierre la boca. Bien, ahora diga una palabra con muchas vocales. Ahora diga una palabra aguda. Una esdrújula. Una llana. ¿No sabe lo que son? Repita. Camión. Esdrújula. Mañana. La llana está bien. Mueva el cuello, ¿no cruje? Coja aire, congestión bien. Sople fuerte. ¿Mariano me traes el martillo? Gracias. Ahora suba los hombros, tranquila. Bájelos, perfecto. Ahora tocaré la piel. Bien, no está mal. ¿Cuantos hijos ha tenido? Vale. Ahora el estómago. Haga fuerza como si estuviera en el baño. Como si hiciera pis con muchas ganas. Bien. Dese la vuelta. Va a notar unos pinchazos, levante la mano cuando los note mucho. Eso es. Eso es. Eso es. Lo hace muy bien. Ahora notará unos golpes. Lo mismo. Eso es. Eso es. Eso es. Vale. Ahora bájese la falda, no hace falta que se quite la ropa interior. Ya veo. ¿Por qué? Es frecuente sí. ¿Duele si le aprieto? Perfecto. Sin moverse del sitio dé uno saltos. No hace falta que sean muy altos, con un poco vale. Bien. Bien. La rodilla derecha suena un poco, la izquierda no está mal. A ver los músculos. Se nota que anda. Ahora los tobillos. ¿Toma algo para los líquidos? Bueno, la edad claro. Los pies. ¿Se corta usted las uñas? Entiendo, le ayudan un poco. Pues creo que ya está. Vístase. No se preocupe, hágalo sin prisa. Bien. Póngase estos auriculares. En el canal uno tiene música clásica y en el dos baladas de las de antes. ¿Oye algo? ¿No? Vale. Mariano trae al acompañante, es ese chico rubio con gafas que está ahí. Hola. ¿Usted es familiar o amigo? Familiar. Su hijo. Bueno pues su madre ha obtenido una puntuación insuficiente. La cara, el cuello, la espalda y las rodillas tienen demasiados fallos como para seguir circulando. ¿Qué opciones tiene? Si quiere la puede dejar aquí hasta que la homologuen el médico y el cirujano. ¿Si no lo hace? No puede. Para circular necesita pasar este control. Usted decide. ¿Qué no se lo esperaba? Lógico, a lo largo de del día tenemos más de un sorprendido. Es lo que hay. Si le digo mi opinión, por experiencia, yo la dejaría. Si se la lleva puede que se rompa en cualquier momento.

lunes, 19 de marzo de 2012

Los circos

Ilustración de Aurora Ruá



—La casa se desplomará sobre ella, la tierra se hundirá bajo sus pies, las estrellas del cielo caerán sobre su cabeza. Todas estas catástrofes y muchas más en la próxima función  "La Mujer más desgraciada del mundo". Pasen y vean. No saldrán defraudados—. Los hombres y algunos jóvenes se acercan, curiosos, atraídos por la morbosidad del espectáculo del sufrimiento ajeno. Rodean al propietario del circo que acaba de llegar al pueblo y aceptan entradas con descuento. Las mujeres comienzan a alejarse arrastrando los pies mientras se limpian el rostro con el delantal y se llevan a rastras a sus hijos pequeños. Tienen que volver a su propia función. En otros circos.


domingo, 18 de marzo de 2012

Aquí está la casa

Y además nos hace daño venir aquí. Es demasiado doloroso enfrentarnos a tantas vivencias. Aquí hemos sido muy felices. Pero teníamos que hacerlo. Teníamos que venir. Aquí nos hemos enamorado, hemos protagonizado historias imposibles de reproducir, hemos visto el inconfundible brillo de unos ojos rebosantes de alegría y hemos fabricado los más hermosos recuerdos. Creamos un refugio seguro en el que nada ni nadie del exterior podía entrar. Ahora van a demolerla. Y como conocemos todos sus rincones secretos, nos escondemos bien para que no puedan encontrarnos antes del derribo. Porque de todas maneras, al destruirla, iban a destruirnos a nosotros también.

viernes, 16 de marzo de 2012

La última fecha

Mi fascinación por las fechas me acompaña desde niño. Llevo días obsesionado por saber la de mi muerte, y la hora, la hora exacta, todos sabemos la de nuestro nacimiento, ¿y la de nuestra muerte?, pienso en ello mientras espero el tren de mediodía; hoy se retrasa, aunque… ya viene, ¡ya viene! Noto las vibraciones de los raíles de las vías en mi espalda: es 11 de diciembre de 2011 y son las 16 horas 3 minutos y diecinue….


Autora: Yolanda Nava Miguélez

Blog: Mis historias

Ojos que no ven

Entró a la habitación y procedió a quitarle la venda de los ojos. El paciente levantó la cabeza con la mirada perdida y estiró el brazo. Tanteó en el aire buscando al médico. Este nuevo tratamiento era una maravilla. Ni siquiera un luz tenue.



jueves, 15 de marzo de 2012

Parásitos interplanetarios

Con los dos soles escondiéndose por debajo del volcánico horizonte, el último de los insectos voladores inicia un moribundo y espiralado descenso a tierra, sellando así el fin de toda clase de vida sobre el planeta. Ante esto, el comandante de la nave nodriza felicita al resto de las naves, miles y miles que pueblan los cielos de este mundo en llamas, por el éxito de la misión: ya todos los recursos naturales y energéticos han sido consumidos. A continuación, sin perder más tiempo, el líder de los parásitos interplanetarios fija un nuevo rumbo y un nuevo objetivo: ahora la víctima será Betelyún, un planeta gigante que orbita alrededor de la estrella Betelgeuse, un planeta cuya civilización jamás podrá defenderse del ataque del Imperio humano.

Autor: Marcos Zocaro

miércoles, 14 de marzo de 2012

Al filo del ojo

Cómo es que todo mi ser ha quedado aquí, replegado en un solo ojo. Sí, este ojo que ahora me contiene. Y, mientras mis pensamientos fluyen como miradas condenadas, me atraviesa el terrible presentimiento de lo que se avecina; claro que, no me atraviesa el pecho, pues este, con todo lo demás, está ausente. Este ojo, al que me veo reducido, contempla, como aquel hombre se abalanza sobre mi cuerpo, terminando de ultimarlo, destrozándolo poco a poco. Este ojo que por alguna razón…, ¿razón? ¿Acaso puede haber razón en este protervo incidente? Lo contempla, sujeto a una fascinación que escapa a todo entendimiento. Atiende a cada detalle, hasta el último momento. Aquel hombre, antes de sepultar mis restos, me abraza con su mano, y me arranca, es casi una caricia. El dolor ha quedado sepultado. Alcanzó a ver como el día muere, para terminar al filo de la noche, como una pieza más entre una colección de miembros mutilados.

Autora: Marian Alefes Silva

Blog: Señalamiento

martes, 13 de marzo de 2012

Sus labores


Cada noche recogía con cuidado los pedazos y los ponía encima de la mesa. Después, cogía el costurero y elegía emocionada el hilo con el que deseaba remendarlo, siempre de un color diferente. Enhebraba la aguja más fina para no dejar señales que afearan su apariencia y se colocaba despacio el dedal plateado; un ritual que había perfeccionado a fuerza de costumbre. Sentada en la cocina, iba dando puntadas de un ventrículo a otro, con cuidado de no pincharse. Una vez terminada la tarea, lo contemplaba satisfecha y se acostaba, enjugándose las lágrimas. Cada mañana, antes de salir de casa, lo cogía, se aseguraba de que aún seguía latiendo y lo colocaba en su sitio con la esperanza de regresar con él entero por la noche.

Autora: Cristina Requejo

Blog: Desde mi luna

Final


En aquella cripta los libros languidecían, su atmosfera aséptica evitaba la desintegración; se construyó para salvaguardar todo el saber humano. Durante milenios nadie entró allí.
Aquellas páginas que rememoraban a sus creadores, se desbarataron en millones de microscópicas motas de polvo cuando la cautelosa garra abrió la puerta.



http://elystone.blogspot.com/

lunes, 12 de marzo de 2012

Ocupas.


"Una serpiente rosada y trémula se ha apoderado de mi pecho izquierdo".


Autora: Concha Montes.

Blog: Espejismos, espejos, cristales y otros vidrios


MAÑANA MISMO ALQUILAN ALGO, SEGURO.

—Joderme —repite Micky saboreando la palabra. —Sí mamá, no me pongas esa cara, eso es lo que haces.
Micky me mira y dice:
— ¿Y tú qué? —¿Es que no te das cuenta papá?
—Hijo —respondo apesadumbrado, —Mamá necesita más tiempo para asumir que ahora estás casado, que sois dos…
—Tranquilo cielo, no te enfades —suplica entonces mi mujer. –Cariño, esta misma empezaré a hacer las cosas bien. Cuando entre en tu cuarto a darte el beso de dormir, le daré también otro a ella, y os arroparé con el mismo cariño a ambos.

domingo, 11 de marzo de 2012

Deseo concedido

El hombre pudo imaginar un mundo utópico, sin violencia, sin armas, sin asesinatos ni guerras. Pronunció las palabras sin titubeo y cuando hubo terminado el genio respondió: “deseo concedido”, chasqueó sus dedos y se quedó allí parado, inquieto…

Meditó el asunto durante horas infructuosas: se cruzaba de brazos, miraba hacia arriba, caminaba y se sentaba, se rascaba la cabeza y de vez en cuando suspiraba para tomar nuevo aire pero no le encontró sentido; finalmente pensó en voz alta: -Creo que ese ignorante pidió el deseo equivocado.

-¿Cuál ignorante? -escuchó preguntar a un pequeño duende que le había escuchado fortuitamente-.

-Un sujeto –respondió aún intranquilo el genio- le concedí un deseo y no estoy seguro de haberlo complacido.

-¿Y cuál fue su deseo? -preguntó el duende, intrigado-.

-El muy tonto deseó la paz del mundo. Se lo concedí sin pensarlo dos veces, y ahora los humanos han desaparecido para siempre.

Autor: Luis Correa

blog: Lienzo del gallinazo

Mi infancia

Regresar a aquella habitación es como viajar mecido en la cuna del tiempo. Cuando abro su puerta, escucho el ruido del motor procedente del tren eléctrico que me regalaron unas Navidades, huelo a la pólvora de los combates librados entre indios y vaqueros en el fuerte de mi sexto cumpleaños y veo mi balón de fútbol de reglamento acercarse dando botes hacia mí. Mi infancia me lo acaba de lanzar y me pregunta si quiero jugar. Y yo seducido por la oferta, le devuelvo el balón y le ofrezco un chupachups.
Como si nada hubiera cambiado esperamos la llamada de mi madre para salir corriendo a la cocina, siempre nos espera con un tazón de chocolate en las tardes de invierno. Nada ha cambiado. Los libros en las estanterías, mis muñecos de playmobil, mis pósters del equipo de fútbol preferido…
¡Me encanta regresar a mi habitación! Siempre lo será, aunque yo me apoye en bastón y lleve boina.

sábado, 10 de marzo de 2012

El silencio y el olvido.

De la serie "Cosas del amor".

Hoy la bruma de tu recuerdo disimula el tañir de las campanas,  ésas que resuenan en mi clarividencia, tocando a olvido.  Ya sólo me quedan palabras  sencillas,  las más francas, las más dulces; palabras torpes,  trazos llenos de nostalgia y de melancolía. Hoy quisiera no escribirte, no decirte nada, quizás declarar que tu omisión ya no lastima, que tu evocación ya no  hostiga hasta extenuarme, que tu añoranza ya no tambalea mi alma. Hoy quisiera no escribirte, no decirte nada, pero algunas veces el silencio y el olvido se fusionan y crean una neblina gris, densa, que avanza sigilosa, taciturna, muda, que  me paraliza, me detiene, me cesa. Sí, hoy quisiera no escribirte, no decirte nada, pero hoy la luna será llena, y cuando tu reflejo eclipse mi contorno y el ámbar de tus ojos invada mi memoria, tu fragancia asaltará mis pupilas y el sabor de tus besos irrumpirá en mi mente. En ese relámpago retornaré a morar en la ciudad de la tristeza, desamparado, desguarnecido de ti,   y la calina de tu escasez, convertida en abandono, volverá a ser la dueña de mi existencia.  Anhelaba ser tu loco fantástico, el pirata de tus sueños, pero  el olvido  ahoga,  oprime,  avasalla, me esclaviza, y ya no soy yo, soy otro que ni siquiera distingo, perdido... disipado por tu silencio. Cosas del amor.


CALEIDOSCOPIO BLOG

La buena cocina

Parece que no les gustó la cena porque me secuestraron en la cocina, me cortaron una mano y prepararon un guiso con mi propia carne. A punta de pistola, me obligaron a comerlo.

Debo admitir que son buenos cocineros: al fin y al cabo terminé chupándome los dedos.

Autor: Leonardo Dolengiewich

Blog: Me podés leer acá

Siempre

De mis Paisajes.Sierras Grandes, Córdoba, Argentina.


La pampa de altura es solitaria y silenciosa, inmensa y original. Nada en ella se ha transformado grandemente desde el terciario, salvo por la erosión del viento. Alguna presencia humana se encuentra en la serpenteante ruta de ripio y arena, infinitamente más joven. También, puede avizorarse uno que otro oasis, muy verde, formado por árboles ajenos, que quien sabe plantó algún inmigrante, porque el paisaje le gustó y le recordó a su tierra natal. El sanavirón o comechingón que habitaba la región se conformaba con el chañar, el molle o el algarrobo criollo. El camino se desliza por la planicie entre cerros de igual altura, en la ocasión, reverdecidos con la lluvia. Allá estaba mi destino final, donde los collares de piedras duras y negras marcan los límites de la escuela de montaña, recordando que las pircas fueron anteriores al alambrado, aunque todavía se las usa. "Apenas cumpla dieciocho, me voy", me dije y lo repetí muchas veces. Cuando conocí a la Teresa, vi en sus ojos la pampa, en su mirada el camino, en su pelo, las pircas hechas trenza, en su regazo a mis hijos. No me fui nunca.

viernes, 9 de marzo de 2012

Robot

- ¿Has vivido alguna vez?- pregunté al robot que, analítico, me miraba. Me miraba con los ojos vacíos de una inteligencia superior. Me miraba con la frente en alto como si pudiera sentir orgullo humano… como si pudiera sentir. Así me miraba.

- No lo sé. ¿Y tú?- Contestó.

Llegué a odiarlo. A odiar profundamente su voz metálica, su voz inerte y monótona. Llegué a odiar su cuerpo de hojalata, y sus músculos de goma que lo hacían ver tan real, tan humano como yo.

-Una vez me sentí vivo, realmente vivo- le dije, como si mi cuerpo no estuviera hecho de hojalata, como si mi voz no fuera monótona y metálica, y mis músculos no fuesen de goma.


Autor: Lucas Fulgi

Blog: Be corta

jueves, 8 de marzo de 2012

¿ DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA?


Antes llevábamos pesados miriñaques, ahora ligeras minifaldas, antes no podíamos votar e incluso mucho antes, ni siquiera teníamos alma. Íbamos dos pasos por detrás del hombre, ahora vamos uno por delante, pero seguimos ganando menos, a pesar de que luchamos más y cada día, no solo el 8 de marzo, nos levantamos para ser las mejores en nuestros trabajos, para ayudar a nuestros hijos, para apoyar a nuestros maridos, y nos miramos al espejo y nos decimos: “No nos dediquen un día, quédenselo, no lo queremos, y dennos, de una vez, lo que nos pertenece - la igualdad- “

martes, 6 de marzo de 2012

Las fotos de familia

A mi familia no la reconozco en ninguna de las fotografías que guardamos para el recuerdo. Mi padre -el banquero - no es el joven barbudo que tiene alzado el puño en un mitin comunista, ni mi madre - la recatada - se parece a la rubia que se fuma un canuto.  Mis abuelos no son los que se ríen ni esa niña es mi tío Alberto. El único que sigue siendo el mismo es GUAU, que en unas fotos aparece blanco y en otras gris. 

¡¡¡PUF!!!




Sobrevolaba Peter Pan Nunca Jamás. De repente deseó ser mayor...Y nada más existió

Descanse en ¿paz?

Prohibiéndose sentir pensó que dejaría de hacerlo.
Murió.
 

Instancias


Después de la última vez que me golpeó se lo llevaron y no lo he vuelto a ver.  Ya me siento más tranquila. Al menos se me va pasando el enojo. Estoy con los niños mientras juegan o hacen la tarea, los miro dormir… También los acompaño a la escuela y a la plaza…, a la par de mi suegra, claro, la pobre vieja, que desde que ocurrió aquello se ha mudado a la casa para atender a mis huérfanos.


sábado, 3 de marzo de 2012

El jarrón

"Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta."
Proverbio chino



Susana:
Te escribo para decirte que no insistas; no te voy a dar el jarrón de la abuela. Era tu abuela también, si, pero la que la cuidó todos estos años fui yo mientras vos ibas de baile en baile. Y bien sabés que era bastante hincha pelotas. Ahora te vas a escandalizar con lo que digo y vas a andar diciendo por ahí "qué barbaridad, mirá lo que dice de la pobre abuelita". Pero era insoportable tener que andar licuando la comida porque veía grumos por todos lados y cambiarle cinco veces la ropa por día porque se hacía pis y no quería usar pañales (¿sabés lo que pesaba?). Claro que la quería. Cómo no la iba a querer si nos crió cuando mamá se fue. Por qué te crees que la bañaba, la peinaba, la sacaba a pasear todos los días; el último tiempo hasta le daba de comer en la boca. Pero ¿vos dónde estabas Susanita? Diez años estuvo enferma, diez. ¿Cuántas veces viniste a visitarla en ese tiempo? Cuatro o cinco, pará de contar.
Ahora aparecés para reclamar el jarrón. Y ya sé que te dije en el velorio que te lo iba a dar. Pero no te lo voy a dar un carajo. Prefiero hacerlo pedazos contra el piso.

Carmen

PD: Espero que no te enojes. Al fin y al cabo, somos hermanas. Cariño a los chicos.

Viejos verdes


            Descubrieron que tenían el tiempo y las ganas, que ellos eran quizá los últimos que podían iniciar esa revolución. Eso les dio alas. Se formaron, se organizaron, aprendieron cosas que ni se imaginaban y empezaron a sentir que sí, que podían.
            Un día como otro cualquiera enderezaron la columna, pusieron en su rostro una sonrisa, en sus ojos una mirada pícara, y salieron de los sitios en los que estaban recluidos dispuestos a cumplir con su misión. Algún periodista les llamó “los viejos verdes” y ellos, lejos de ofenderse, asumieron el nombre y se quitaron algunos achaques más de encima.
            Estaban cargados de semillas y de saberes a punto de extinguir. No había nadie mejor que ellos para conseguir que los niños aprendieran a amar y respetar su planeta.

(todos los lunes se publican microrrelatos ecologistas en el blog: Microrrelatos al por mayor, ¿te podría apetecer aportar alguno?)

jueves, 1 de marzo de 2012

MICROCUENTOS PARA APRENDER INFORMÁTICA

Cortesía de rahego en Flickr


Cuando Pedro quiso copiar el primer capítulo para corregirlo, «oprimió control más cé» y enseguida toda la información pasó al otro documento. Con una sonrisa se dispuso a guardar el viejo, llevando su ratón a «archivo y guardar» sin haberse percatado del resultado anterior. Su voz se quebró en un potente grito al comprobar que su atajo del teclado no era copiar la selección dada, si no cortarla «control más equis» deslizando sin querer su dedo en otra tecla para dejar manco su documento original.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.