Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

viernes, 27 de abril de 2012

Histórico


Buscó en sus libros alguna referencia a una tormenta como la que estaban soportando en aquellos momentos, y para su sorpresa, observó cómo las letras surgían a medida que sus ojos se deslizaban sobre el papel. Por primera vez asistía al modo en que se escribía la historia.


Autor: Juan José Tapia
Blog: J.J.Tapia

Ilustración: Mattia Galli

jueves, 26 de abril de 2012

La afición


Las ganancias de mi empresa han bajado un 0'0001 desde que comenzó la crisis y mis jefes no tuvieron más remedio que aplicar medidas drásticas. Desde que me echaron del trabajo colecciono nubes. Ahora tengo mucho tiempo libre. Me he construido una pequeña cabaña de avistamientos en el tejado y me paso el día allí, oteando el cielo. Si descubro una especialmente bonita por su color, forma o tamaño, me la quedo para mi colección. Las nubes grises de lluvia las mando por correo urgente a algún país africano. Las de tormenta son mis favoritas, aunque, son peligrosas y difíciles de atrapar. Cuando al fin cazo una, la envío el domingo al campo de golf. Con suerte, puede que los alcance un rayo.


Publicado en "I Antología de Microrrelatos Triple C"


Perdón por el retraso.

miércoles, 25 de abril de 2012

Latidos

Triste y desnuda quedó la muñeca aquella gélida tarde de enero cuando su viejo reloj decidió soltar las ligaduras que lo mantenían encadenado a ella.
Atrás quedaron los años de perfecta armonía. Inseparables cómplices del transcurrir del tiempo latiendo al unísono... Ella, meciendo el tic tac que renueva la vida; marcando las horas con precisión milimétrica, él, su querido reloj de pulsera.

martes, 24 de abril de 2012

Sus ojos a través de una lente a través de sus dedos

El primero y más rápido, sólo un archivo para toda la humanidad. Descarga gratuita, sin publicidad. La aplicación única que permitía retocar la vida. El azar le cayó en el cogote. No tardó en salir a la calle dispuesto a ponerle filtro a las cosas. Sus ojos a través de una lente a través de sus dedos. Sepia para esa señora mayor o el viejo quiosco de chucherías. Lomografía para el resto, tendencia absoluta, el cielo amarillo y el Sol de un azul marino intenso. Jugó con las proporciones y abusó de imágenes panorámicas para espacios pequeños. Dejó las aceras llenas de adoquines de colores y a la gente exclamando sorprendida al verse marrón, pixelada, hecha miniatura o moviéndose por la calle a cámara lenta. Aprendió a cortar y pegar, a difuminar límites entre edificios y personas. Se cargó las palomas e hizo grandes los peces de la fuente vieja en la plaza. Se gastó los dedos sin apenas exprimir el regalo y agotó prácticamente la batería mientras intentaba pasar un par de plantas al puntillismo. Regresó a casa observando su obra. Eran ya muy pocos los que mantenían su forma original. Desde las ventanas abstractas sentía miradas curiosas, casi picasianas gracias al ángulo de noventa grados que había puesto en algunas cabezas. Al llegar a destino, su nueva mansión de tres plantas muy útil el efecto clonado, enchufó el teléfono a la red. Emitió un pitido, como una campana, y él se tiró en el sofá para ver la televisión. Las noticias le ofrecían aún más lugares que cambiar. Su madre salió de la cocina con los brazos cruzados. El delantal de siempre, lleno de infancia en migajas, haciendo escudo sobre su pecho. Le preguntó que había hecho con el perro. Dos cabezas, cola rosa y ocho patas. El pobre no era capaz de andar un par de pasos sin hacerse un nudo entre articulaciones. Él levantó los hombros, así le gustaba. Además no había guardado copia de seguridad, no era posible la vuelta atrás. Su madre siguió gritando mientras él se levantaba hasta el teléfono. Ella le apuntó con el dedo mientras se iniciaba la aplicación. Abrió la modalidad de sonido y activó el silenciador. Ella quedó muda, moviendo los labios, disparando saliva entre dientes. El se carcajeó mientras curioseaba las opciones que le ofrecía el programa. Pulsó sobre una goma de borrar y apareció en la pantalla un punto blanco. La madre cerró la boca en cuanto él lo situó muy despacio sobre su corazón.


domingo, 22 de abril de 2012

Aquí vinimos a descansar

Aquí vinimos a descansar pero sólo yo lo he conseguido. El iraní de la habitación de al lado empezó a pasar mucho tiempo con la pelirroja que no hablaba nunca. Iban a las fiestas que montaba casi todas las noches el agorafóbico que vivía al fondo del pasillo. No parecía lo mejor si tenías problemas cardíacos, problemas con la bebida o cualquiera de los otros problemas. Todos se reunían allí y por la mañana siempre estaban muertos de sueño. Ahora que los últimos que quedaban se marchan, me pregunto si lo que realmente me hacía falta era un descanso.

sábado, 21 de abril de 2012

Torrezno y hortelana

En el año que se suicidó padre, el marzo vino ventoso. Todo quedó tan barrido que las lluvias de abril no encontraron donde caerse y acartonaron las articulaciones envolviéndolas en niebla espesa como el chocolate. Madre removió los armarios, hasta que después de ventilarlos bien encontró las palabras que buscaba. La luz que entraba por la ventana cortaba la cocina de parte a parte, clara y cegadora. Vuestro padre..., vuestro padre me mató ya hace un año, de tres hachazos, en donde la cabaña del Cuco. Esa fue la primera vez que notamos su ausencia. La Nena preparó la comida, unas lentejas con trocitos de torrezno, y una hoja de hortelana.

jueves, 19 de abril de 2012

Familia tipo

He tenido una recaída. Mamá se despachará con uno de sus sermones. Le va a preguntar a papá qué hizo mal, justo ella que pasa tantas horas en esa oficina para que no me falte nada. Volverá a dejarme una semana sin probar bocado como hace conmigo cada vez que se enoja y repite que quiere una hija normal, separando las sílabas y comiéndome con la mirada.
Se pondrá a recordar aquella vez que, en medio del balance general de fin de año, inundé la casa de números y las cifras taparon las cañerías y hubo que llamar al plomero y levantar el piso de la cocina. O de ese domingo que volví de las vacaciones con un atracón de imágenes y la escalera parecía una película en technicolor. De lo que costó conseguir un pintor que aceptara el trabajo de cubrir todo con látex porque ella se mareaba y no podía ir a trabajar. 
Hace unos días no hago más que largar palabras. Abro la boca y sale una frase que se multiplica por los rincones del cuarto. Hoy he visto a una escaparse por el zócalo de la puerta. La he empujado hacia adentro de un tirón justo cuando sentía los tacones de mamá sobre la escalera. Ahora la puse debajo de la almohada como pude porque es un poco larga. "Te quería contar algo pero nunca tenés tiempo." Eso dice.


                                                                                          ficcionario breve

La importancia de llamarse Ernesto

No me llamo Ernesto, sino José y no sé que importancia puede tener un nombre tan común, si no le mezclas con María, claro. Cuando me miro en el espejo no soy Dorian Gray y, aunque me gusta dar largos paseos por la Mancha, nada tengo que ver con Alonso Quijano y no me acompaña Sancho sino mi perro que, para más señas, tampoco se llama Milou. Quizás si ese que escribe mi historia, que no es ni Oscar, ni James, ni Miguel, me hubiese llamado Ernesto otro gallo cantaría. 


Puck

miércoles, 18 de abril de 2012

ESCUCHA TELEFÓNICA.

----No su alteza, no es posible echar fuera  de la habitación al elefante, ya que se trata de un auténtico elefante.----

lunes, 16 de abril de 2012

Inseparables


Nacimos atadas la una a la otra. Mantuvimos una relación conflictiva. De niñas no le gustaba que jugara con otros, si le tocaba aparecer a la izquierda ella lo hacia por la derecha. En la adolescencia si besaba a un chico la tenía pegada a nuestros morros, ni cerrando los ojos dejaba de sentirla. El atardecer que me casé no dejó de pisarme como un presagio de mi futura vida conyugal que la maldita se encargó de amargarme bien.
Decidí eliminarla pero fue más veloz, me mató. Ahora soy parte de las tinieblas. Ella, mi sombra, camina en libertad.




http://elystone.blogspot.com.es/

domingo, 15 de abril de 2012

EL EXTRATERRESTRE

EXTRATERRESTRE Logra introducirse durante unos minutos en su casa cada día, casi siempre por la mañana, cuando todos han salido. Se sienta en el sillón de cuero beige, en la mecedora del cuarto de la plancha y en la concina, se prepara un té. Entra en la habitación de las niñas y se embelesa mirándolas en la foto del colegio. En la habitación de Hugo, recoge del suelo uno de sus peluches y lo abraza con fuerza. Ya casi está listo. El extraterrestre lleva trabajando con esta familia tanto tiempo que dentro de muy poco podrá suplantar al padre. O a la madre, su cuerpo parece mucho más cómodo, mullido y cálido para afrontar la crisis que están viviendo.

sábado, 14 de abril de 2012

Desde el fin del mundo




Faro del fin del mundo, Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina.

En el fin del mundo hace frío, aunque con el cambio climático y estando en otoño se soporta maravillosamente. Una bahía celeste, un cielo casi siempre gris, un canal dónde por suerte se reproducen las centollas, bellas, rosadas, exquisitas. Más allá, los hielos eternos de la Antártida. Todo blanco. En Ushuaia,  una mixtura de gentes que por momentos te trasladan al bullanguero Río do Janeiro, o a la populosa Buenos Aires,  y por otros, ni que estuvieras en un tour por Europa. El chocolate es bueno, la merluza negra, única y el cordero patagónico, un deleite. En el Bar Ideal  se escriben historias de amor al conjuro de una cerveza. ¡Cómo iba a adivinar, Yo que, dónde el planeta dice basta, te encontraría!

Inmortalidad

El abuelo Leocadio, el más querido por los chavales del barrio disfrutaba viéndoles corretear por la plaza. Siempre tenía algo en los bolsillos que ofrecer. Unas veces eran caramelos, otras canicas y otras, cromos. También les entretenía contando historias a la salida de la escuela, rodeado con gran expectación.
-¡Qué bueno es Leocadio!- decían los niños.
Hubo un día que no le encontraron; sólo su bastón caído en el suelo recordaba que aquél era su banco.
Los niños tristes y preocupados quedaron, hasta que uno de ellos se atrevió a levantar el bastón del suelo. Con gran sorpresa viajó a la velocidad de la luz hasta una granja donde Leocadio, más joven, le enseñó a ordeñar una vaca. Tras él, el bastón pasó a otro niño y en cuestión de un minuto aprendió a manejar un arado para segar en el campo. Otro niño paseó por la montaña con el abuelo mientras le enseñaba la cueva donde se refugió durante la guerra civil.
Y así fue como Leocadio siempre estuvo presente.

viernes, 13 de abril de 2012

La Torre

"-¡La torre, la torre! ¡Se nos viene encima, apártate!

Pero se quedó allí, parado, sin hacer nada. Por un momento, desde su perspectiva, tuvo la impresión de que aquella mole no era mucho mayor que él. ¿Y si...?

En el campo se hizo el silencio; ni siquiera se escuchaba el relincho de los caballos... y después, el estruendo. A medida que la nube de polvo se fue disipando todos volvieron a sus puestos, cabizbajos; daban gracias en secreto por no haber sido ellos, como tantas otras veces. Sólo el Alfil se atrevió a romper el silencio:

-Malos tiempos para ser un peón..."


Autor: Iker Laforga.

Blog: Manzanas Mecánicas

Donde anidan los sueños.


Dedicado a Laura Garrido.

Existe un mundo en el  piélago del tiempo, en la quietud inmutable. El de las nubes sin forma definida en permutación eterna, el de los céfiros sin rumbo. Un lugar donde los anhelos permanecen expectantes, accesibles en su movimiento infinito. Un espacio prodigioso donde el tiempo se evade y escapa derretido. Está ahí, en el precipicio de la imaginación, en la ventana de la fantasía, donde las ilusiones diluvian besos de azúcar, de primavera y de rocío; besos que fluyen inasibles tapizando el sendero de las quimeras. Como un dibujo que revolotea etéreo, como una percepción insondable, ahí, en ese horizonte infinito donde se licuan las lunas. Brota la primavera en la noche del invierno, florecen madreselvas en la penumbra del vacío. Abdicaron esos tiempos donde se agotaba la pesadumbre de no soñar nada, ahí, en el país de los sueños no hay límites: revolotean miradas que besan ilusiones, chispean hechizos, llueven caricias, magia y pompas de jabón

©  Xavier Blanco 2012.

jueves, 12 de abril de 2012

LA CARESTIA DE LA VIDA

En la trastienda del economato Abdul copuló varias veces con María...

En la pescadería,
el encargado la sodomizó entre las cajas de lenguados...

Al llegar a la frutería, Paco la esperaba
y una felación le hizo María
jugueteando con las bananas...

Lupe, la de la charcutería,
cuyos gustos variaban
según la estación que estaba,
le propuso un cunni lingüe
cerquita de la balanza...

Entre baguettes y cruassans, María hizo un trío
con dos panaderos hambrientos, sudorosos y fornidos...

Al llegar a casa la esperaba su marido...

- Ay, Juan, mi vida....hay que ver qué cara se ha puesto la vida....


miércoles, 11 de abril de 2012

AJUSTE DE CUENTAS

-Y además nos hace daño, todavía tienes en la espalda las marcas de la última paliza, parece que lo has olvidado-.

La niña  mira hacía otro lado, no para borrar la huella  de su padre impresa en la espalda, sino para que su hermana mayor no pueda leer en su mirada el secreto inconfesable que comparte con él.

-¿Traéis la sopa de una vez?- ruge el padre desde el comedor.

Sin levantar la vista, la pequeña derrama el frasco de matarratas sobre la sopera y la mayor sale de la cocina con la llave de su liberación entre las manos.  

martes, 10 de abril de 2012

Mundo payaso.



















Creían estar vivos, pero llevaban años muertos frente a su televisor.

OBLIGACIÓN


No quiero mirar, pero me obligas. Me mantienes la mirada en ese punto, entre tu corazón roto y mis mentiras...

Rosa M

lunes, 9 de abril de 2012

El sombrero

Desde el día en el que se colocó el sombrero, la gente le saluda, le trata de usted, le escuchan, le respetan y hasta le aprecian. Todos menos yo, que lo conozco bien, y sé que sigue siendo el mismo patán con el que me casé.

Haciendo números


En principio éramos dos. Dos que a veces se confundían en uno, un uno disfrazado de dos. La máscara no duró mucho tiempo, y cuando se cayó descubrimos que estábamos tres, incluso había restos de un cuarto. Y como suele decirse que dos son compañía y tres son multitud, no me salen las cuentas, tu presencia ya no me aporta nada. Me vuelvo un uno, buscaré otra forma de llegar al infinito.



domingo, 8 de abril de 2012

EL CAMINO DEL NINJA.

Manolo quedó ciego en aquel extraño accidente cuando se estrelló con la moto contra la jaula de los halcones. Cuando recuperó el sentido, éstos ya le habían devorado los ojos. Cosas de pajarracos.
Le había costado mucho adquirir la posición por la cual  compró la casa y cubrió los requisitos  para vivir con plenitud.
Saliendo del hospital decidió capacitarse como ninja para tener una nueva forma de sustento.
Una noche ensayaba con su cuchillo en la total oscuridad, y resultó que el vecino con el cual reñía con frecuencia se metió a su casa a robar y éste topó con uno de los lances de Manolo quien le cercenó la traquea y lo mató involuntariamente. Para su desgracia las autoridades lo culparon de premeditación pues en el registro del teléfono había una llamada que él había marcado a su vecino para insultarlo.
Por mientras,  sigue dedicado a sus ejercicios marciales, pues sabe que avanzando más, llegará el momento en el cual con un sólo salto saldrá de la prisión.
Hoy por hoy estar ahí le sirve para dominar totalmente la ceguera.
Ahora en la celda donde habita ; con el silencio de la noche añora las comodidades que le daba su profesión de proctólogo. En especial siente nostalgia por las revisiones frecuentes a las que acudía Mariana. Su paciente favorita.

viernes, 6 de abril de 2012

Una función inolvidable


La pasada Navidad los niños decidieron representar el cuento de “Los siete cabritillos” y aún hoy hablamos de aquello; sin embargo, seguimos sin saber qué es lo que no gustó a los padres del niño que hizo de lobo: la sangre, sus gritos o el ser conscientes de su pérdida rodeados de nuestros sinceros aplausos.

domingo, 1 de abril de 2012

Amarguras



            Con este amargor tan extraño que me corroe, llevo luchando desde que te vi en la estación. Al gritar tu nombre me ignoraste para subir al vagón apresuradamente. Me pareció que tenías miedo y sobre mi colchón de cartones sufrí un aguacero de dolorosos recuerdos, algunos de los cuales continúan tatuados bajo tu ropa. Ahogando mi culpabilidad en tragos de vino, capté el instante fugaz en el que me miraste al pasar, a través de la ventanilla. La calle había blindado mi corazón contra tu odio y tu desprecio, pero la mirada vítrea que se llevó aquel tren era distinta. Tu lástima me está envenenando.



Pedro Alonso.

MICROCUENTOS (y otras historias)

 

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.