Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 5 de septiembre de 2012

La mujer que te lloraba té.

Desde niña sabía que cuando el líquido extraño salía de sus ojos debía correr a esconderse. Fue hasta los 20 años que se atrevió a probarlo. Veinte años llorando té verde y ella sin saberlo. Fue a la cocina por una taza y azúcar.

Autora:Zura Guerra
Blog:Mi blog en 3P

6 comentarios:

Joaquín Galán dijo...

Beberse las propias lágrimas puede significar dos cosas: claudicar y resignarse o lo contrario,dejar de avergonzarse de ellas y mostrarlas al mundo.Esta segunda opción es mi favorita.

Saludos.

Nicolás Jarque dijo...

Me atrapó el titulo lo reconozco, pero el relato no tiene nada que envidiarle. Es puro realismo mágico y me encanta.

Enhorabuena.

SILDELSUR dijo...

que bueno seria poder llorar distintas bebidas y aprovechar las lagrimas que de otra manera se pierden.
Porque la verdad es que llorar,además de descargar angustias o emociones,no sirve de mucho.
Yo por ejemplo,lloraria Daikiry de frutilla!
Un abrazo!

Unknown dijo...

Todo un caso el de la traumática de quien careció de curiosidad durante 20 años; y que duro tener que llorar a cambio de un tesito.
Sigues tu buen camino creativo.

David C. dijo...

Excelente.
Saludos
David

Pd: Gracias por las felicitaciones en el Blog "Cine para usar el Cerebro".

Juan Esteban Bassagaisteguy dijo...

Interesante idea para un micro, muy bien desarrollada.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.