Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

martes, 27 de septiembre de 2016

Ciclo de lavado


Ciclo de lavado 

María saca la ropa de la lavadora, la tiende en las cuerdas del patio, en el extremo está María que recoge las prendas secas y las lleva al cesto de mimbre donde está María, que las plancha, las dobla y las traslada al dormitorio donde está María haciendo el amor con su marido, que insatisfecha se dirige al cuarto de aseo donde está María bañando a los niños, que recoge la ropa sucia y la acarrea a la cocina donde está María, que deja de guisar para portarla a la terraza donde está María, que la introduce en la lavadora.

Autor: Ximens
Blog: Montesdetoledo
Pintura: "Colgando la ropa" de Berthe Morisot
 

11 comentarios:

Javier Ximens dijo...

Muchas gracias, Torcuato, por traer la colada a tu casa, un honor.

jfbmurcia dijo...

¿Qué sería del mundo sin las Marías?

manouche dijo...

Que vida tiene la pobre Maria !

Paz Monserrat Revillo dijo...

Qué obsesivamente bueno, Ximens! Me ha encantado!!

Paz Monserrat Revillo dijo...

Qué obsesivamente bueno, Ximens! Me ha encantado!!

Anita Dinamita dijo...

Ay, María, lavadora tras lavadora. Muy bueno, Ximens.

Javier Palanca dijo...

Esas mujeres que trabajaron sin descanso ni ayuda. Y algunas siguen haciéndolo, pero ahora creo que deberían replanteárselo.
Mágnifico, Javier.

TORO SALVAJE dijo...

Joder...
Real como la vida misma.

Doctor Krapp dijo...

Soberbio.

Javier Ximens dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios. Aunque puede que el hombre se haya incorporado algo a la cadena de producción, aún queda mucha colada por lavar.
Y gracias Torcuato por reabrir el blog y traerme por aquí.

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Me parece que extraña mucho a María, no sé por qué me da.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.