Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

lunes, 7 de marzo de 2011

Carta de despedida

La verdad, mi intención era vengarme quitándote la vida.
Pero después de volverte a probar me encapriché y quise alargar tu agonía.
Sé que sospechabas algo, sabías que nadie te podría amar como yo, sabías que aquel pelele con el que saciabas tus ansias no podía hacerte sentir lo que sentías conmigo, pero lo estaba haciendo y eso te estaba volviendo loca.
Fuera de la cama no lo soportas, quién podría hacerlo. Sé qué estabas desesperada porque no podías vivir con él, pero tampoco podías dejar de desearlo y eso me divertía porque a quien realmente deseabas era a mí, deseabas a quien en un estúpido arranque de celos infundados pegaste un tiro y abandonaste en un basurero. Era yo quien te poseía y para ello tenía que usar el cuerpo del imbécil a quien creías desear.
Te repito, mi intención era matarte, tuve muchas veces la oportunidad perfecta, solo tenía que apretar un poco más y habrías sucumbido extasiada en los brazos de tu patético amante, pero en cambio decidí dejarte vivir cuando supe que te había inseminado, decidí dejarte vivir una vida desgraciada, unida para siempre al hombrecillo que no soportabas. Vivirás atada a él porque, aunque era yo quien te follaba, suya fue la simiente que te preñó.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Una novela hecha micro. Muy bien hecha.
Extraordinario David!!!

Un abrazo

Unknown dijo...

Una muy buena venganza... Excenlente micro :)

Unknown dijo...

Buena deshacencia.
La mejor muerte se dá haciendo lejos a las personas nefastas.
Así quedas libre de culpas y éstas se enfrentan a su propia realidad.

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.