Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

jueves, 11 de agosto de 2011

Ramito de violetas

La mesa estaba apartada en un rincón, llena de polvo y de cartas; no todas abiertas. En una esquina, un bote de aceitunas improvisa un jarrón para unas flores resecas. El calendario quema ya sus últimos días de octubre. Mi cara, marcada por la mano que me escribe esos versos. Sobre la cama, la última carta, la de Alcalá Meco... que me ha devuelto la alegría.... Nanaino, nanaino, nanaino naino ná.

A todas esas Cecilias marcadas por tanto Manzanita...

bicefalepena

- Yo pensaba que era una canción muy romántica, Pena.
- Y yo que el ramito de violetas se lo podía meter por donde se empiezan los cestos.

9 comentarios:

Juanlu (Luiyi) dijo...

jajajajaja...en mi pueblo todavía se hacen cestos de mimbre...Me gustó!

Un abrazo!

Javier Muñiz dijo...

Hola, preciosas letras desnudan esta belleza de blog,si te gusta la palabra infinita, la poesía, te invito al mio,será un placer,es,
http://ligerodeequipaje1875.blogspot.com/
gracias, buen día, besos numantinos...

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Me gustó mucho, muy evocador.

Javier Ximens dijo...

Escribir versos y marcar caras. Cuánto queda por aprender

El Eskimal dijo...

La nostalgia llegar a ser esperanza.

Anónimo dijo...

Evocador y tierno!!
Saludos.
Lalo

Rosa dijo...

Creo que no casan bien las violetas con las marcas en la cara. O sera por el color que el cretino pensaba que si?

Saludos desde el aire

puri.menaya dijo...

Que aún tenga las flores secas, no m egusta nada... Creía que se alegraba, porque seguía en al cárcel. Pero si guarda las flores, es que aún le quiere? Hay tantas historias tristes de mujeres así...

Mariluz GH dijo...

¡¡Pero qué maravilla!! qué sutil ironía, que brutal hdp...

un abrazo admirado

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.