Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

miércoles, 22 de febrero de 2012

Viaje al futuro

¡Aquello fue irreal, lo que vi esa noche no sucedió de verdad!, —me lo repito una y mil veces, pero aún así, sigo temblando—. ¡Un humano desplazándose por los antiguos caminos! Aquella especie cruel, responsable de que el planeta agonice, lleva miles de años extinguida. A no ser que haya venido del pasado a través de ese portal iridiscente que se formó en el cielo. Estaré delirando. Mi madre está en lo cierto: soy una serpiente voladora con demasiada imaginación. 




7 comentarios:

Miguel Ángel Pegarz dijo...

Divertido juego con las fantasías.

Yashira dijo...

Ideal, Sara, como siempre, tanto la ilustración como el relato.

Felicitaciones, y un saludo,

Paloma Hidalgo dijo...

No hay nada más peligroso para uno mismo que la imaginación, si además eres una serpiente voladora, la cosa puede ser aún peor.

Me gustan tus letras y tus trazos.

Un beso

Sara Lew dijo...

La imaginación es peligrosa, sí. Pero más peligrosa es la vida sin ella: perderíamos la magia, la ilusión...

¡Muchas gracias por vuestros comentarios!
Abrazos.

Unknown dijo...

Grande. Provoca a pensar y juega feliz en su cosmología.
¿Llegaremos a irnos por donde se fueron los dinosaurios?
¿Heredarán el mundo las cucarachas?
¿Les saldrán alas a las serpientes?
No tiene límites.

Deli Ruiz dijo...

Una serpiente, particularmente bonita, Sara. Un hipótesis fantástica, del mundo que nos espera.
Mis saludos cordiales.

Elysa dijo...

Me encanta la ilustración, Sara y este texto con serpiente voladora e imaginativa.

Besitos

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.