Daniel Galantz es un fantástico humorista gráfico que los que siguen este blog ya conocerán. Para los que no lo conozcan recomiendo que visitéis su blog GALANTZ.

Pues bien, cual fue mi sorpresa cuando hace unos días abrí mi correo y vi un mensaje suyo en el que me enviaba un bonito diseño para El Microrrelatista. Me gustó mucho y es el que podéis ver en la cabecera de esta página.

¡Gracias Daniel!

domingo, 31 de marzo de 2013

Para comerte mejor

Julie Christie en el papel de la abuela

La tortilla, aún caliente, en su tartera; el pastel de carne bien envuelto y cuatro piezas de fruta en la bolsa de rafia. Elige el abrigo de punto, que sabe que la favorece, y se da un último toque de carmín ante el espejo. Los viernes el tráfico está complicado, tendrá que apresurarse para llegar a tiempo a la puerta del cole. Recogerá a la nieta, la acompañará a casa, comerán juntas y pasarán la tarde viendo películas de Disney hasta que sus padres salgan del trabajo. Tal vez vuelva a cruzarse con el nuevo vecino de su hija, ese señor que la saluda tan amable al tiempo que la mira con esos ojos grandes..., con esa nariz grande..., con esos dientes grandes, perfectos para desgarrar el picardías de tul rojo que luce, a hurtadillas, cada vez que tiene que cuidar de Lucila.

8 comentarios:

Rosa dijo...

Feroz, sin duda jejeje. Me ha gustado mucho Elisa y me ha hecho sonreír picaramente...

Besos desde el aire

Elisa dijo...

Las abuelas de ahora no somos como las de antes :). Un beso, Rosa.

Sara Lew dijo...

Genial esa abuela moderna en busca de un apuesto lobo.

Me ha encantado, Elisa. Un beso.

I. Robledo dijo...

Magnifico relato, que deja entrever lo mas importante...

Un saludo

Guillermo Castillo dijo...

Abuelas así, con experiencia, provocan.

Saludo de lobo inexperto.

Unknown dijo...

Grande ver ésta nueva versión de la abuela en competencia erótica con caperucita.

Luisa Hurtado González dijo...

Ole por las abuelas pícaras y los señores que las rondan.
Eso de no renunciar a nada de vida mientras se viva es perfecto

Setefilla Almenara J. dijo...

Olé Elisa, así se habla, a los cuarenta, los cincuenta y los setenta, bravo, buen micro.

Te invito a visitar mi blog, será un placer recibirte.

Un saludo

Setefilla

Decálogo para escribir microcuentos (Robado de la Escuela de escritores)


1. Un microcuento es una historia mínima que no necesita más que unas pocas líneas para ser contada, y no el resumen de un cuento más largo.

2. Un microcuento no es una anécdota, ni una greguería, ni una ocurrencia. Como todos los relatos, el microcuento tiene planteamiento, nudo y desenlace y su objetivo es contar un cambio, cómo se resuelve el conflicto que se plantea en las primeras líneas.

3. Habitualmente el periodo de tiempo que se cuente será pequeño. Es decir, no transcurrirá mucho tiempo entre el principio y el final de la historia.

4. Conviene evitar la proliferación de personajes. Por lo general, para un microcuento tres personajes ya son multitud.

5. El microcuento suele suceder en un solo escenario, dos a lo sumo. Son raros los microcuentos con escenarios múltiples.

6. Para evitar alargarnos en la presentación y descripción de espacios y personajes, es aconsejable seleccionar bien los detalles con los que serán descritos. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

7. Un microcuento es, sobre todo, un ejercicio de precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Es muy importante seleccionar drásticamente lo que se cuenta (y también lo que no se cuenta), y encontrar las palabras justas que lo cuenten mejor. Por esta razón, en un microcuento el título es esencial: no ha de ser superfluo, es bueno que entre a formar parte de la historia y, con una extensión mínima, ha de desvelar algo importante.

8. Pese a su reducida extensión y a lo mínimo del suceso que narran, los microcuentos suelen tener un significado de orden superior. Es decir cuentan algo muy pequeño, pero que tiene un significado muy grande.

9. Es muy conveniente evitar las descripciones abstractas, las explicaciones, los juicios de valor y nunca hay que tratar de convencer al lector de lo que tiene que sentir. Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar las escenas ante los ojos del lector para que este pueda conmoverse (o no) con ellas.

10. Piensa distinto, no te conformes, huye de los tópicos. Uno no escribe (ni microcuentos ni nada) para contar lo que ya se ha dicho mil veces.


Envía tus microrrelatos de no más de 200 palabras a elmicrorrelatista@gmail.com. Se irán publicando los mejores.